El Gobierno municipal de Alcorcón ha aprovechado la crisis del coronavirus para realizar un bloqueo absoluto de información a la oposición y a los ciudadanos. Desde hace un mes, los responsables municipales, técnicos y políticos, han dejado de informar sobre su acción de Gobierno de manera que es imposible saber si la propaganda oficial que sale del Gabinete de Comunicación se ajusta a la realidad y si las acciones que dicen que hacen se ajustan a lo previsto.
Entre otras, podemos citar las siguientes lagunas en la información que el Gobierno municipal está obligado a dar a los vecinos de la ciudad a través de sus legítimos representantes:
Número de personas que se atienden desde servicios sociales. Cuántas ayudas de comedor. Cuántos trabajadores sociales están trabajando.
Información mensual sobre ejecución presupuestaria.
Información remitida al Ministerio de Hacienda correspondiente al primer trimestre.
Informe de pago a proveedores.
Qué material sanitario o de protección se ha comprado. Qué cantidad y cómo se ha realizado la compra. En qué contrato está registrado.
Qué gestiones se han realizado en apoyo del hospital de campaña. Qué gastos se han hecho y con arreglo a qué partida presupuestaria.
Si ya se han hecho efectivas las devoluciones de las tasas de veladores y de servicios municipales educativos, culturales y deportivos.
Natalia de Andrés pone la
democracia en cuarentena
De igual manera, el Gobierno de Natalia de Andrés ha dado la callada por respuesta a las iniciativas y propuestas que desde el Grupo Popular se le han hecho. Dichas medidas son de carácter económico y tienen como objetivo ayudar a ciudadanos y empresarios a afrontar la crisis del coronavirus.
“El silencio por parte de la alcaldesa y su equipo de Gobierno es absoluto”, afirma Ana Gómez, portavoz del grupo Municipal del Ayuntamiento de Alcorcón. “La única reunión de la Junta de Portavoces que se ha realizado desde que se decretó el estado de alarma fue a petición del Grupo Popular y la información que se facilitó fue escasa y de mínima relevancia. No sabemos qué están haciendo, más allá de lo que dicen en la propaganda oficial, y en estas circunstancias la labor de fiscalización y control es imposible y, por tanto, podemos decir que, en Alcorcón, cualquier atisbo de transparencia ha desaparecido y Natalia de Andrés ha puesto la democracia en cuarentena”.