El Gobierno radical de Alcorcón ha eliminado el cheque-bebé, la ayuda por hijo nacido o adopción que la anterior Corporación puso en marcha. La ayuda consistía en un cheque de 300 euros (500 en el caso de familia numerosa) para gastar en los establecimientos de nuestra ciudad adheridos al programa. Se otorgaba a cada niño nacido o adoptado por familias de Alcorcón.

Esta ayuda estaba incluida en Plan Integral de Apoyo a la Familia, Infancia y Mayores y se había consolidado como una medida eficaz de apoyo a la natalidad y para luchar contra el envejecimiento de la población madrileña y el invierno demográfico que vive nuestro Comunidad Autónoma y España.

Una muestra más
de lo poco que le importan
las familias a los radicales

El Gobierno de Natalia de Andrés ha utilizado la excusa de la ayuda a las familias vulnerables y el fondo de emergencia para intentar explicar por qué acaban con el cheque-bebé. Dicen los radicales que sigue apostando por apoyar a las familias del municipio, pero “centrados en las necesidades concretas de cada familia y atendiendo a sus circunstancias económicas y sociales”.

“Se trata de una falacia habitual en la izquierda”, comenta Ana Gómez, portavoz del Grupo Popular del Ayuntamiento de Alcorcón. “Las ayudas a la natalidad no tienen nada que ver con las familias en situación de vulnerabilidad o cualquier otra ayuda social. Los Servicios Sociales tiene presupuesto y se ocupan de estas personas necesitadas sin que ello interfiera en absoluto con la ayudas por hijo nacido”.

“Este Gobierno radical acaba con las ayudas a la natalidad por motivos puramente ideológicos, porque no quieren ayudar a las familias. Y como saben que el cheque-bebé era muy valorado por los vecinos de nuestra ciudad utilizan un argumento falaz, una excusa sin fundamento para intentar engañar a la gente. Pero todo el mundo sabe que nadie, nunca, ha dejado de recibir la ayuda que necesitara por parte de los Servicios Sociales de Alcorcón con independencia de que existiera el cheque-bebé”.

La eliminación del cheque-bebé se une a la eliminación de la ayuda para libros, complementaria a la de la Comunidad de Madrid, las subvenciones para los clubs deportivos, los programas de apoyo al pequeño comercio, la programación cultural del primer trimestre… “Un balance absolutamente negativo que demuestra lo poco que le interesan los vecinos a este Gobierno radical”, concluye Ana Gómez.