La oposición en el Ayuntamiento de Alcorcón (PSOE, Podemos y Ciudadanos) ha impedido con su voto en contra una modificación presupuestaria que permitiría la inversión de 500.000 euros en nuestra ciudad. La modificación fue presentada por el Grupo Popular y estaba destinada a obras de mejora en colegios, asfaltado, aceras, mobiliario, etc. Son demandas de muchos vecinos y una necesidad evidente para muchos barrios de Alcorcón.

Los grupos de la oposición se basaron en excusas ridículas para no apoyar esta iniciativa, ya que exigían informes que tanto el secretario del Pleno como la interventora municipal señalaron que no eran pertinentes ni necesarios y simplemente intentaban obstaculizar las citadas inversiones. De hecho, la oposición había tenido acceso, primero en la Comisión Plenaria y luego en el Pleno, a un expediente completo en el que se detallaba cada partida presupuestaria y la acción a la que iba dirigida.

Los grupos de la oposición son perfectamente conscientes, por tanto, de los proyectos a los que se han opuesto y del daño que han causado a nuestra ciudad. Una actuación así no puede tener más que un objetivo: que la ciudad esté lo peor posible para sacar un más que dudoso rédito electoral.

El acalde David Pérez ha mostrado su indignación y su pena ante una actitud tan miserable por parte de unos líderes políticos que no tienen el más mínimo escrúpulos a la hora de votar en contra de los vecinos, tomándolos como rehenes de sus más despreciables intereses políticos.  “Es una estrategia injustificable, es una deslealtad. No se entiende que a estos señores, con tal de perjudicar al Partido Popular, no les importe hacer daño al pueblo y preferir que se pierda medio millón de euros en mejoras con tal de arañar un voto”, ha afirmado David Pérez.

Hay que recordar que los tres portavoces que ayer votaron en contra de mejorar Alcorcón, Natalia de Andrés, Jesús Santos y Alfonso Reina; cobran más de 70.000 euros al año. Un dinero que sale de los bolsillos de todos los vecinos de una ciudad a la que luego en el Pleno no tienen el más mínimo reparo en despreciar.